lunes, 8 de noviembre de 2010

Rain dogs, chinese phantoms and bitches.


De pronto tu cabeza está en el piso y tus pies en el aire. Como en esa rola de Pixies que suena al final de Fight Club. Te han dado el si, el cheque post-fechado está en tu mesa, junto a las dos botellas que compraste, esperando que ella tuviera ganas de celebrar contigo. Pero como siempre esperaste demasiado, tus expectativas fueron demasiado altas y como dice la canción l caída siempre es lo peor. Te han dado un anticipo, te han pagada para escribir. Escribirás un mes, treinta días de absolución. Habrás de proponerte beber, fumar mucho y escribir. Tomar café en las mañanas, whisky y ginger ale en las noches. Comprar sólo Lucky Strikes. Olvidarte de la mierda de Marlboro y Benson y Pall Mall. Esas marcas son para los pobres diablos que siguen horarios y siguen a todos lados al conejo con su reloj de bolsillo. Ellos están ya muy por detrás. los dejaste tres o cuatro estaciones atrás. Ya no hay tiempo para ellos. No quieren tu tiempo, no quieren tus palabras, sólo quieren sus centavos y sus pesos, sus buenas intenciones y sus tazas de café helado. Quieren sus escusados repletos de orina y sus almuerzos de centro comercial. Déjalos atrás, aléjate hasta que oígas más su voz.

Tienes un anticipo y por un rato serás profeta en tu tierra. Dejarás tu médula tu sngre y tu pellejo sobre todo lo que imprimas. Consumirás cocaína en cantidades alarmantes y en la noche alguna pastilla que le de peso a tus párpados rojos. Ella seguirá en su día a día, tan contenta tan fresca tan llena de esperanzas huecas. ¿Comprenderá ella que tú quieres un paraíso o un infierno? Que no te conformas con el purgatorio en el que ella ha caído, con todo y su lenta tortura. Limpiará mañana los cristales, trapeará el piso, cambiará de sitio los maniquíes. Y tú estarás lejos, llenando con pastillas la lengua y las encías, pasando la benzedrina con tequila y squirt. Escribiendo no sé que tanta mamada. Deseando que el hijo de puta que le calienta ahora todas las noches, las noches que antes eran tuyas, nunca descubra lo que tu tardaste un año en encontrar. Esa llama que incendia su mirada, esa ráfaga de aire caliente que le sale de la boca, esa calmada ansiedad que le da ritmo a sus manos.


(puta madre, como te extraño!, y tú ni puta idea...)

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