martes, 9 de noviembre de 2010

The Flaming Lips - Embryonic


The Flaming Lips
Embryonic
[Warner Bros, 2009]
9.8

Tan cierto como que la hora más oscura es justo antes del amanecer, lo es que la hora más tranquila es junto antes de la tormenta. Como en una película de miedo, donde el viento arrastra a las hojas secas justo antes de que lo peor suceda, Embryonic, tiene el sentimiento de un réquiem. ¿Para o por qué? Difícil saberlo. La voz de Wayne Coyne es funebre, el bajo de Michael Ivins es amenazador a la Paul Simonon en London Calling, y la batería de Steven Drozd alcanza cotas tribales.

Resulta siempre difícil hablar de un álbum tan abstracto, de tono tan experimental. ¿Qué puede uno decir de la participación de Karen O, vocalista de The Yeah Yeah Yeah’s, grabada por Coyne a través del teléfono? La idea es tan arriesgada que su éxito parece monolítico. La voz que dice “She said I can be a wolf/ I can be a finch/ I can be a jaguar/ Or a locust on the bridge” suena aún más vulnerable, frágil cuando cada linea es rematada por los sonidos animales que una juguetona voz suelta al otro lado de la línea.

Las canciones parecen inacabadas y así deben serlo. Parece que el escucha debe terminar solo el viaje después de que “Watching the Planets”, a pesar de sus casi 5 minutos y medios, parezca terminar antes de tiempo. Después de todo, con noise, caos, fragilidad humana, demasiado humana; desolación interestelar, depresión cósmica y psicodélica soledad, el viaje resulta placentero, porque uno siente que ha visto algo más allá de los confines de la dimensión a la que, valga la redundancia, estamos confinados, sin aparente solución.

Standout Track: Watching the Planets

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