martes, 28 de septiembre de 2010

Entrevista Faulkner (I)

-¿Existe alguna fórmula que sea posible seguir para ser un buen novelista?
-99% de talento... 99% de disciplina... 99% de trabajo. El novelista nunca debe sentirse satisfecho con lo que hace. Lo que se hace nunca es tan bueno como podría ser. Siempre hay que soñar y apuntar más alto de lo que uno puede apuntar. No preocuparse por ser mejor que sus contemporáneos o sus predecesores. Tratar de ser mejor que uno mismo. Un artista es una criatura impulsada por demonios. No sabe por qué ellos lo escogen y generalmente está demasiado ocupado para preguntárselo. Es completamente amoral en el sentido de que será capaz de robar, tomar prestado, mendigar o despojar a cualquiera y a todo el mundo con tal de realizar la obra.

-¿Quiere usted decir que el artista debe ser completamente despiadado?

-El artista es responsable sólo ante su obra. Será completamente despiadado si es un buen artista. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz. Lo echa todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir el libro. Si un artista tiene que robarle a su madre, no vacilará en hacerlo...

-Entonces la falta de seguridad, de felicidad, honor, etcétera, ¿sería un factor importante en la capacidad creadora del artista?

-No. Esas cosas sólo son importantes para su paz y su contento, y el arte no tiene nada que ver con la paz y el contento.

-Entonces, ¿cuál sería el mejor ambiente para un escritor?

-El arte tampoco tiene nada que ver con el ambiente; no le importa dónde está. Si usted se refiere a mí, el mejor empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar. Goza de una perfecta libertad económica, está libre del temor y del hambre, dispone de un techo sobre su cabeza y no tiene nada qué hacer excepto llevar unas pocas cuentas sencillas e ir a pagarle una vez al mes a la policía local. El lugar está tranquilo durante la mañana, que es la mejor parte del día para trabajar. En las noches hay la suficiente actividad social como para que el artista no se aburra, si no le importa participar en ella; el trabajo da cierta posición social; no tiene nada qué hacer porque la encargada lleva los libros; todas las empleadas de la casa son mujeres, que lo tratarán con respeto y le dirán "señor". Todos los contrabandistas de licores de la localidad también le dirán "señor". Y él podrá tutearse con los policías. De modo, pues, que el único ambiente que el artista necesita es toda la paz, toda la soledad y todo el placer que pueda obtener a un precio que no sea demasiado elevado. Un mal ambiente sólo le hará subir la presión sanguínea, al hacerle pasar más tiempo sintiéndose frustrado o indignado. Mi propia experiencia me ha enseñado que los instrumentos que necesito para mi oficio son papel, tabaco, comida y un poco de whisky.

-¿Bourbon?

-No, no soy tan melindroso. Entre escocés y nada, me quedo con escocés.

-Usted mencionó la libertad económica. ¿La necesita el escritor?

-No. El escritor no necesita libertad económica. Todo lo que necesita es un lápiz y un poco de papel. Que yo sepa nunca se ha escrito nada bueno como consecuencia de aceptar dinero regalado. El buen escritor nunca recurre a una fundación. Está demasiado ocupado escribiendo algo. Si no es bueno de veras, se engaña diciéndose que carece de tiempo o de libertad económica. El buen arte puede ser producido por ladrones, contrabandistas de licores o cuatreros. La gente realmente teme descubrir exactamente cuántas penurias y pobreza es capaz de soportar. Y a todos les asusta descubrir cuán duros pueden ser. Nada puede destruir al buen escritor. Lo único que puede alterar al buen escritor es la muerte. Los que son buenos no se preocupan por tener éxito o por hacerse ricos. El éxito es femenino e igual que una mujer: si uno se le humilla, le pasa por encima. De modo, pues, que la mejor manera de tratarla es mostrándole el puño. Entonces tal vez la que se humille será ella.


Después de leer esto me doy cuenta, es hora de dejar la mierda a un lado y ponerse a escribir. Uno se pone sus propias trampas, uno le da motivos al fracaso. Que si el amor, que si su ausencia... Que si el tiempo, que si el dinero... Hay que escribir, golpear el teclado con furia, prender cada vocablo con fuego.

Hay que hacer y dejar de ser. Los fantasmas no conocen de placer o permanencia.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Catorce Segundos de Paz

He perdido el deseo sexual. El deseo sexual por otras mujeres. Ella sigue presente. Presente en mi libido. Presente en la punta del pene. Siempre lista para entrar, para hendir, para atacar, como la punta afilada de un espada. Get off of that bed, wash your face and hands. I just want some woman to do just what I say. Todos somos misóginos necesitados de vez en cuando. Yo ahora lo soy. Necesito al menos un beso de sus labios. Pero el orgullo, orgullo que ella comparte, me hace pensar:
“Si ella no necesita de mis besos…
…a chingar a su madre, porque he de necesitar yo de los suyos”
Pero sus labios son Oh tan rosas. Tan suaves. Tan breves. No el tipo de labios que quisieras que te hicieran una mamada en el coche. Más bien del tipo de labios que quieres que besen tus heridas después de un combate sangriento. Tipo de labios reconfortantes después de la batalla. De esos que cauterizan y cierran y detienen el fluir de la sangre. Es viernes y tengo ganas de una copa. Es viernes y quiero quitarme la ropa y echarme en la alberca y dejarme morir con un highball sobre una charolita plateada que flote entre los pétalos de buganvilia. Esas pinches flores siempre me han gustado. Tan comunes y tan corrientes. Cayendo sin prisa ni pretensiones entre los arbustos. Cuando era niño las cortaba todas/las reunía en una cubeta que después llenaba con agua. Era un aroma definitorio. Aún me persigue. Ella tiene ese aroma. Perfume de mi infancia. Llega ella. Oliendo a casa de mi abuela, allá en Tlaxcala. Oliendo a patio de preescolar donde a gatas organizamos carreras con cochecitos de plástico y metal. Oliendo a comida que no identifico, pero aun saboreo. Un sabor neutro, a nostalgia concentrada y tiempo. Tiene sabor el tiempo. Sabe a ella.
Estoy triste. Y por triste quiero decir encabronado. Y por encabronado quiero decir nostálgico. Y por nostálgico quiero decir enojado. Y por enojado quiero decir con resaca. Y por con resaca quiero decir con fuego en las manos. Y por con fuego en las manos quiero decir que la amo. Amor caprichoso. Ave de plumas escuetas, pero brillantes. Amo y señor de los sueños húmedos y de las pesadillas. Voz de los infiernos pintados con brillantina. Cáliz de néctar que quema nuestra garganta. Y nuestros zapatos desdentados. Y nuestros puños enraizados en las nubes rojas del delirio. Donde paseamos, donde dormimos rodando sobre la cama, como por pendientes inclinadas. Y toboganes, directo a nuestros intestinos enredados.
El amor es un síntoma. Un síntoma físico de un padecimiento peligroso. La locura.
Me creo y me destruyo. Me reconstruyo con el recuerdo fugaz del aroma de tus pechos. Tienes un lunar junto al pezón derecho. Tus pezones son rosas. Perfectos. Y estallan en el momento indicado. Cuando la ola de semen e impulsos nerviosos cubre tu virginidad aferrada. Íbamos a tener un hijo y en lugar de eso fuimos a dar a un limbo cubierto de plástico. Flores de plástico. Vasos de plástico. Rostros y voces de plástico que nos mostraban caminos sin terminar. Pinceladas equívocas en todos los muros.
No me mataste. Y por eso te odio. Quería morir por tu mano. Bajo el poder de tu puño infantil. Sentirme herido de muerte por tu ausencia. Pero todo paso a medias. Medio doloroso. Medio confuso. Medio aterrador. Ahora sólo lloré una vez. Y lloré, como lloran los hombres cuando mueren sus demonios. Como lloran los escritores cuando han dejado sin palabras sus propios epitafios.
Llore. Maricón de mí. Tú lo dijiste. (Me río de ti, pensarás, no has sacrificado nada. Siempre que escucho esa canción de Hello Seahorse, siento como si me la dedicaras)
Lloré. Reventaron mis pupilas. Inundé mundos enteros. Provoque diluvios espasmódicos. El diablo bebió mi llanto y embriagado le dio al mundo catorce segundos de paz. Lloré. Porque vi el video que tomé aquella ocasión que debido a la lluvia quedamos atrapados una tarde en el VIPs de la procu. Te vi. Perdí la razón, el momento. Y mi mano busco con desesperación la tonadita esa que suena cuando en “Hable con ella” Marco descubre que Alicia está viva. Te descubrí viva mi amor. Después de creerte muerta después de esa dolorosa pérdida que nos partió a la mitad y que abrió una zanja abismal entre tus pies y los míos.
Vi el video sólo tres veces. No caí en mis excesos habituales. Sequé mis lágrimas rojas, mire de frente a tus hijos perdidos en mi habitación. Y me arranque de un jalón todas las venas. Me supo a cobre la boca y me quede dormido un rato. Cuando desperté, a la mañana siguiente, mi cadáver había desaparecido.

(Para ti, pequeña, tú sabes que significa todo)

jueves, 23 de septiembre de 2010

Alrededor de la Medianoche

La luz de cómplice de tu silencio.
Nos acercamos poco a poco/tu mejilla
Mi mejilla/mis labios
Tus labios, temblamos.

Las calles están vacía, nos embarga
El silencio, vacio que detona
Una vez más/los sentimientos.

Vagan mis manos en círculos/por tu espalda
Ti piel, me recibe de nuevo.
El dolor de mis labios desaparece,
El ardor de mis manos encuentra
Donde desbordarse.

No hay nadie en la calle,
No hay nadie/en el mundo sólo tú y yo
Solos tú y yo: paraíso artificial
Efímero y breve.

La humedad nos asalta
En forma de beso/lengua de ángel
Sensual mundo de incoherencia.

Decimos adiós
El adiós más incierto
El más esperanzador
El más imposible.

Una Loca Película de Vampiros



Vampire Suck
Jason Friedberg, Aaron Seltzer
[Regency Entreprises, 2010]
1.3

Para que una parodia funcione, el que parodia debe ser más astuto que el que parodiado. La parodia surge de la ingenuidad, de la inocencia del que se toma a si mismo demasiado en serio. Debíamos pensar entonces que quien sea que esté detrás de “Una Loca Película de Vampiros” (Vampire Suck) es un poco más sagaz que Stephanie Meyer y quien sea que esté detrás de la saga de “Crepúsculo”. Pero oh, nasty surprise. They’re even stupider… Twilight, New Moon and all the shit beyond, se toman demasiado en serio, aparentando ser una “saga de amor, romance y sobrenaturalidad” cuando en realida no es más que la una “saga de lujuria, inseguridad y estupidez adolescente” Vámpiros que brillan bajo el sol con cara de víctimas pasadas de abuso infantil ¡Oooh¡ Niñas inmaduras, cuyo (melo)drama proviente de un urgencia casi animal por perder la virginidad ¡Ooooh! Aborigenes que se vuelven (aún más) salvajes al transformarse en híbridos de oso/lobo y que gustan de pasear semidesnudos incluso bajo la fría lluvia de Noviembre. ¡Oooh! Esta historia, repleta hasta la madre de clichés, ideas anticuadas y peligrosamente reaccionarias, podría haber sido objeto de una parodia descarnada, hilarante, salvaje, di-ver-ti-da.
Pero claro…
Es Hollywood después de todo. Los creadores de esta mierda deben comer en los mismos restaurantes que los creadores de la otra mierda. Deben participar en las mismas orgías y vomitar en los mismos retretes. Tal vez, digamos, alguna vez han compartido la misma jeringa de heroína.
Es por eso que el mismo hedor acompaña a ambas películas. Una con el pretexto de llenar de emoción las vidas sin chiste de millones de adolescentes que deberían recurrir mejor a la masturbación. La otra con el pretexto de hacer mofa de una franquicia, (porque eso es Crepúsculo, uno de tantos Oxxos cinematográficos) lanza chistes malos, pésimos y peores a una velocidad que a veces marea y otras simplemente funciona como un sedante.
Somníferos y vómito. Así debió llamarse esta película.
En resumen, vayan a verla si quieren fajar, sino, mejor mastúrbense en casita.

Calificación (no matemática): DS (Dangerous shit)

Reseñas Temporales

Inauguramos, en este prodigioso segundo aire, la sección de Reseñas Temporales. Música, cine, literatura, tv, internet, hasta antros y cafés. Criticaremos todo con la autoridad que nos da tener mejor gusto que la mayoría de la gente. Touché.

Bombón dulce.

se desliza la noche a tu lado
sin prisa sin pausa constante
como el movimiento circular de los astros

bebo del vaso, siento tu cuerpo tan cerca
eres la delicadeza en su estado más carnal
te deseo en silencio, mientras bebo café

recorro tu cintura con mi mano,
mis dedos tiemblan contra la tela,
el final de la jornada se acerca

los matadores en la plaza se juegan la vida,
nosotros nos jugamos el destino
fumando en calles vacía, con nuestras

quimeras bajo el brazo, esperanza
de amor eterno, de pasión inextinguible,
de noches que como esta, viernes,

parecen nunca acabar.

(Tantos recuerdo. Tiempos más simples. Escenarios menos complejos. Tantos recuerdos. ¿Vale la pena luchar por repetirlos? Yo afirmo categoricamente que si. Que Dios nos agarre confesados...)

(...)

Tengo más palabras que hechos. Soy escritor. Me tambaleo entre la teoría y la práxis. Soy escritor. Sufro y gozo en los extremos. Soy escritor. O se me ama o se me odia, rara vez se me ignora. Soy escritor. Levanto efigies y derrumbo estatuas blancas. Soy escritor. Me como el tiempo y devuelvo cenizas. Soy escritor. Digo que no volveré a publicar en este blog y regreso a los tres días. Soy escritor.

Dylan

escuchar a dylan es escuchar la voz por la que se filtran cientos de años de historias fracturadas. todo está ligado. desde san sebastián atado a un árbol con docenas de flechas atravezandole el cuerpo, hasta king asesinado en memphis, pasando por julieta, rimabud, bloom, bukowski. los dramas ficticios y los obvios, los reales y los exagerados. una voz vieja, sepulcral, rebosante de adejtivos, hinchada de sensaciones física y etéreas. tiene sentido del humor, rie a carcajadas, lloran también, todo es intenso, pero tan cool con sus lentes negros o su cabello alborotado o su pencil moustach imitando a littel richard. es lo carnal e inmediato del rock and roll de los 50's con sus días de verano que se han ido y acabado, con su mujer en el regazo bebienda champagne y alicia keys fuera de alcance. es lo sacro, roca sólida, peñon de gibraltar, cada grano de arena que se mueve a un ritmo establecido por lo eterno. es lo fatídico, el apocalipsis desolado, t.s. elliot, basurero poético, lluvia que caerá con truenos y ranas en los zapatos. es carretera, sendero, caminos llenos de sangre. giros simples del destino. es amor no correspondido, amor perdido, amor abandonado, amor del que se huye porque aún no está oscuro, o al menos no lo suficiente. es representación engañosa de espectáculo nómada, engaño gigantesco, risa sardónica cruel, es frase que hiere hasta los huesos. es dulce canción de cuna, ebriedad bondadosa, orgia inofensiva. es cínica aseveración adelantada, seguridad de saber lo que se siente, de sentir a fondo lo que se sabe. es oración interrumpida por el eco del pecado, res que cuelga muerta hostigada por las moscas revoloteando, víceras y lágrimas sacras, alimento para el alma confundida. es hoja de afeitar que corta hasta mostrar los dientes, es promesa de juventud eterna, compromiso de noche cálida, aviso de desalojo. es aceptación de lo inaceptable, congoja y reserva, canto y arena, suplicio encorvado. es el cambio de los guardias antes del amanecer, encapsulación de décadas enteras, eternidades que suenan a harmónica justo cuando el tambourine man nos dejas desnudos en mitad de la noche con anfetaminas y niebla. es sólo una mujer, es ramona que podría ser johanna que podría ser isis que podría ser sara que podría ser angelina que podría ser alicia que podría ser tú. es sangre en los ojos por la mayor parte del tiempo. es billy the kid, einstein, mona lisa, big joe turner, todos los muertos de la inundación. es el tiempo moderno, el tiempo antiguo y el no-tiempo. es decepción y fracaso pero nada queda claro. es una pregunta abierta sin opciones claras. es la capacidad de reinventarte del fuego dejando atrás hasta los huesos principio sin fin ciclo eterno abismo en silencio ruidoso lamento guitarra oxidad de tanto llover. eres tú, descubriendo a dylan en un viejo lp

El Año de la Furia [Fragmento]

No supe que hacer cuando me di cuenta de que ya estaba muerto. No él, sino yo. Muerto hasta el cuello. Sin rastros de oxígeno en el cuerpo. Estúpidamente muerto. Sin remedio y sin reversa. Austeramente inanimado. Tumbado sobre la acera mojada, tan fría contra los huesos de mi espalda. Lo extraño de la muerte es que aparte de la incapacidad para realizar cualquier movimiento y la conciencia que uno tiene de estar muerto, las cosas no cambian mucho realmente. Gracias a esto pude ver a todos los curiosos que rodearon mi cadáver, aún no listo para la tumba, con sus zapatos llenos de fango y sus ojos ensanchados por la sorpresa.

Siempre deseé que mi vida fuera un espectáculo. Lo malo es que nunca estuve preparado para el arribo de la audiencia. Me tomaban siempre por sorpresa y rara vez tenían aplausos guardados para el final de la rutina. El stage fright me paralizaba, mi rostro enrojecido delataba la impureza de mis actos. De una entrada triunfal pasaba a una serie de tropiezos que arruinaban la velada y el público volvía a casa con la sensación de haber visto algo que siempre pudo haber sido mejor. If we’d only have time…

Mi contuso cráneo debe haber sido lo primero que llamó su atención.

El Año de la Furia [Fragmento]

No supe que hacer cuando me di cuenta de que ya estaba muerto. No él, sino yo. Muerto hasta el cuello. Sin rastros de oxígeno en el cuerpo. Estúpidamente muerto. Sin remedio y sin reversa. Austeramente inanimado. Tumbado sobre la acera mojada, tan fría contra los huesos de mi espalda. Lo extraño de la muerte es que aparte de la incapacidad para realizar cualquier movimiento y la conciencia que uno tiene de estar muerto, las cosas no cambian mucho realmente. Gracias a esto pude ver a todos los curiosos que rodearon mi cadáver, aún no listo para la tumba, con sus zapatos llenos de fango y sus ojos ensanchados por la sorpresa.

Siempre deseé que mi vida fuera un espectáculo. Lo malo es que nunca estuve preparado para el arribo de la audiencia. Me tomaban siempre por sorpresa y rara vez tenían aplausos guardados para el final de la rutina. El stage fright me paralizaba, mi rostro enrojecido delataba la impureza de mis actos. De una entrada triunfal pasaba a una serie de tropiezos que arruinaban la velada y el público volvía a casa con la sensación de haber visto algo que siempre pudo haber sido mejor. If we’d only have time…

Mi contuso cráneo debe haber sido lo primero que llamó su atención.


[Foto: Moisés Cobián]


Estas noches cargadas de neón nunca se acaban. Pasamos los días ocultos en cuevas frías huyendo del sol. Llevamos siempre una botella de whisky por si acaso. El sonido de los cascabeles es por las pastillas en los frascos que guardamos en los bolsillos de nuestros jeans ajustados. No se emocionen, no pasamos de aspirinas.
Hemos visto como han reventado millones de bombillas, como las de las cámaras de reporteros de los años 30’s. Por eso estamos casi ciegos, caminamos por los pasillos de los hoteles dando tumbos, aferrando nuestras manos a los muros. Ebrios. Siempre con la sangre hasta el tope.
Nos hemos hecho fuertes. Invulnerables a la crítica. Huesos de acero, pupilas cerradas. Podemos caminar bajo la lluvia, inmutables y serenos. Sin dicha pero sin pena. A veces difícilmente cubiertos por retazos de tela multicolor/a veces totalmente envueltos en nuestros largos abrigos importados. Gastamos una fortuna en purgatorios artificiales.
Pero vale la pena cuando vemos nuestras alas marchitas reflejadas sobre los gruesos cristales de los escaparates. Cuando vemos desde arriba nuestros zapatos rotos por cuyas aberturas se asoman nuestras imponentes garras. Cuando saludamos a demonios empapados de gasolina a punto de realizar su número más nuevo; el más reciente acto de escapismo.
Algún día dejaremos este estilo de vida. Cuando estemos viejos y cansados, agotados por la rutina de escapar sin prisa del tiempo. Aturdidos por la costumbre del desarraigo, alejados de las vías, montados en las olas del deseo. Cabalgando hacia el infierno sobre el lomo de una bestia que no aguanta nuestro peso.
Algún día… pero por lo menos hoy, tenemos el neón.

Confecionario

Soy dramático, lo sé. Y me averguenzo de ello. El drama ahora sólo sirve en las pantallas. En la vida real, en las cordenadas reales, resulta mal negocio. Se pierde tiempo.

Debería de volver a lo que importa. Dejar de ver el reloj. Cada veínte minutos. Rutina del relojero. Enfermedad del tiempo. Lento. Turbio como el agua de los ríos en la ciudad.

Vuelvo a mis confesionarios. Ahora que tengo dolor/rabia/tristeza para vomitar sobre el parqué. Vuelvo me hinco, coloco mis codos ante el reflector. Y sufro en escandaloso silencio. Miro fijamente a los que me rodean, gritando con mis pupilas abiertas, esperando a que intenten rescatarme, para poder despreciar sus buenas intenciones.

Uno crece con la culpa atorada en la garganta. Y a veces uno no puede hablar con claridad. El malestar no mata ni debilita. Sólo envilece. Y cada vez más bicho cada día más insecto uno comienza a saber como arrastrarse.

Entonces no hay salida. Uno sólo puede esperar los pisotones de la gente con prisa y las bolas de polvo y los rincones oscuros.

Entonces--


Uno busca sueña anhela
Uno no está listo para que sus sueños se hagan/vuelva/conviertan en realidad
Uno vaga sin rumbo con planes apresurados temeroso del tiempo
Uno tiene ganas de llorar frente al espejo
Uno suda por las noches flanqueado por el miedo
Uno se duerme escuchando canciones aleatorias invadiendo el subconsciente con metáforas auditivas que nunca llegan a gran cosa
Pero lo intentan, y eso es lo que agradezco ahora

[foto: moisés cobián]

lunes, 20 de septiembre de 2010

()

Paso por un momento desagradable.

estaba dispuesto a borrar el blog de un sólo click... pro debo mantener cierto respeto por lo que mis compañeros han publicado. Asi que sólo he eliminado lo que yo he escrito.

Gracias por su atención.