Lo único en lo que creo es en la eterna posibilidad en que todo, siempre, puede ser/ir peor. ¿Te preocupa que tu vida sea una mierda? Easy, easy, big fella, como díria George Constanza en Seinfeld. Mira a tu alrededor y verás sin duda alguna a alguien cuyo agujero en la tierra es más oscuro. Si la mierda te llega hasta la cintura seguramente a alguien que conoces le llega hasta el cuello. Tan simple como eso.
Lo único que no tolero es el aburrimiento. Y aquí vuelvo al principio. Fui educado por el cine, el cual, según Alfred Hitchcock, "es como la vida real... sin las partes aburridas". Lo mismo va para las series de tv y en general para el mundo de ficción. Nos vende la ilusión de una realidad donde todo el tiempo pasa algo. Donde la posibilidad de una aventura, de un suceso que merezca ser recordado en el futuro, está siempre a la vuelta de la esquina. Nadie nos dijo que después de despedir a Ilsa en el aeropuerto y antes de reecontrarla en Casablanca, Rick pasó semanas, meses, años enteros sumido en el menos glamoroso de los tedios. Noche tras noche administrando un pinche nightclub. El cine es entonces nada más que el gran escape.
Es por eso que nuestra generación recurre a drogas, sexo cada vez más casual, más extremo, alcohol y demás escapes, para huir a paso veloz de la cotidianidad. Las generaciones anteriores vivían sumergidas en el mismo sinsentido, vivían día a día en la misma rutina interminable, tenían la misma carencia de fe en el futuro, pero, a diferencia de nosotros, no estaba del todo conscientes de ello. Sólo conocían un versión. La versión de su entorno. Sus sueños venían, igual que sus datos, de la misma fuente confiable, padres, maestros, mentores y amigos. Ahora, mientras la realidad y sus catorce mil versiones nos atacan día a día, noche a noche en forma de pixeles, no sabemos que hacer con el vértigo y la nausea, con ese sentimiento de desasosiego y ansiedad que nos hace buscar cada vez con más furia abismos más brillantes, más atacados de humo y de neón, más cuerpos con los que enfrentarnos.
No hay mañana que no llegue y no hay ayer que no resulte absurdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario